Preguntamos cándidamente: es tan difícil establecer medidas básicas de evitar la propagación de enfermos potencialmente contagiosos ( léase Ebola ahora mismo, léase gripe del pollo hace 6 años, léase la próxima pandemia que aparezca).
¿ es tan difícil tener un plan de contingencia preparado?
Por ejemplo: control en aeropuertos, no " a pelo" como hace la pobre sanitaria de la foto ( una mártir por la ciencia si se topa sin mascarilla ni protección a un enfermo DE VERDAD).
Sin caer en el peligroso ejercicio de la demagogia barata ni fomentar el pánico: ¿ no es más fácil prevenir?
El Ebola tiene hasta 21 días de período de incubación...un errosren dar de alta a un sospechoso, o un mal diagnóstico hacen posible una epidemia.
En Alemania se toman el tema en serio
estableciendo claramente los criterios de diagnóstico diferencial y no arriesgando, que los faroles se apagan rápido en el mus.
Ya lo dijo Hipocrates: "Nulla est omnia therapeutica, nixit diagnostica certa".
A. TERUEL / C. PASCUAL | ALICANTE Los análisis realizados ayer al paciente ingresado el sábado en el Hospital de Sant Joan por la posibilidad de que estuviera afectado por el virus de ébola descartaron que el hombre padezca esta enfermedad. El Ministerio de Sanidad confirmó a media tarde que las pruebas dieron resultado negativo, y que no se someterá al paciente a un contraanálisis al no estar probado que haya tenido contacto con posibles infectados
¿Comorlll???? ¿ Me lo repiten???
¿Perdon?
¿que no se realizará un contraanálisis????
¿ Se ha hecho un análisis de ébola en menos de 36 horas?
¿ Que técnica se ha empleado? ¿ ELISA contra IgG?test Imposible. El paciente se sintió indispuesto el ¨SABADO...¿¿¿ y el DOMINGO ya tenían las pruebas??? Pero si no hay ni tiempo material de enviarlas a Madrid....
¿ En pleno mes de Agosto? ¿ Se hace una analítica ( no se especifica que método) y resulta que no se repite, no vaya a ser que nos de positivo y jorobemos el invento...
¿ Un domingo? ¿ se hace la analitica en el carlos III un domingo?
Cojones, pues chapeau por los del Carlos III, estaban al pie del cañón en pleno puente de la " Virgen de Agosto! Mis sinceras felicitaciones, sin ambages de ningún tipo. Son unos cracks...!!! Leamos atentamente lo qu dice el máximo organismo en Salud Pública, el CDC ( Center of Disease Control). LEAMOS, hermanos, leamos atentamente el proceso de diagnóstico del Ebola... ¿ Que conclusión sacamos?
Pues que, dependiendo de la cronología en la evolución de los síntomas....
Cronología de la infección
Pruebas de diagnóstico disponibles
Unos días después del inicio de los síntomas
Análisis de inmunoadsorción enzimática o ELISA de captura de antígeno
ELISA IgM
Reacción en cadena de la polimerasa (RCP)
aislamiento del virus
En etapas más avanzadas de la enfermedad o luego de la recuperación
Anticuerpos IgM e IgG
en principio habría que hacer un ELISA o una RCP. Ignoramos lo que han hecho en el centro...¿en cual? Parece ser que en el carlos III, en Madrid. Sigamos leyendo... "Las pruebas epidemiológicas se llevaron a cabo en el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, a donde se remitieron las muestras recogidas al enfermo en el hospital.
Efectivamente. Y porqué no se hacen dentro de 7-10 días ( recordemos que el período de incubación del Ebola es de hasta 21 dias...hermanos campesinos, de hasta 3 semanas...
¿Porqué NO confirmamos el Negativo? ¿porqué no cribamos en el Aeropuerto los vuelos procedentes de Africa subsahariana??? Es sencillo: controlar si alguien llega con mucha fiebre y mal estado general.... sencillo. Podríamos poner al gauletier de turno, al burócrata de turno chequeando que viajeros de Africa subsahariana han tenido contactos con monos y o murciélagos o vienen de zonas de epidemia ( Nigeria, Sierra leoa, Liberia).Los ponemos , con la señora mato con un termómetro en el aeropuerto, o con una cámara térmica. Screening fácil.
El hombre, de nacionalidad nigeriana, de edad joven y vecino de Alicante, según fuentes consultadas por este periódico, había acudido el sábado al Hospital General con fiebre alta, malestar, vómitos y hemorragias. Al corresponderse los síntomas con las manifestaciones características del virus de ébola, se decidió activar el protocolo establecido por la Conselleria de Sanidad ante esta alerta sanitaria. En consecuencia, el enfermo fue trasladado al Hospital de Sant Joan, designado centro de referencia para estos casos en la provincia.
Allí había quedado ingresado por la noche, tras ser conducido en un convoy formado por dos ambulancias y un coche de la Policía Nacional. El hombre fue aislado en una planta del edificio, separado del resto de pacientes y personal del centro. En el segundo de los vehículos sanitarios del convoy, por otra parte, había sido trasladada también una mujer, al parecer esposa del enfermo, que no presentaba ninguno de los citados síntomas pero que fue ingresada en un principio en observación. No obstante, ayer a mediodía ya había recibido el alta.
¿ Un caso de posible contacto directo se le da el alta si mas? ¿ sin aislamiento previo? ¿sin estar seguros de que no está infectada ella también?
Hasta el momento de hacerse público que los resultados de los análisis habían dado negativo y, por lo tanto, se descartaba que el hombre estuviera infectado por el virus del ébola, el único dato que había trascendido sobre su estado de salud era que permanecía estable. Así seguía siendo al cierre de esta edición. Desde la Conselleria señalaron que el paciente dejará de estar aislado en función de cómo evolucione su enfermedad. No obstante, precisaron que ya no se trata de un tema de salud pública sino de un paciente, por lo que no se facilitarán más datos. Asimismo, cabe destacar que toda la información oficial que se conoció a lo largo de ayer se difundió a través de comunicados, sin que ningún responsable del Ministerio de Sanidad ni de la Conselleria compareciera públicamente ante los medios de comunicación.
Con aparente tranquilidad. Así amaneció el Hospital de Sant Joan, horas después de conocerse que profesionales del centro de referencia de la provincia para casos de ébola estaban atendiendo a un hombre, joven y de origen nigeriano, con síntomas de poder estar infectado por el virus.
Durante las primeras horas de la mañana, pocos eran los usuarios que se dejaban ver por el hospital que conocían el ingreso de un posible caso de ébola. «No sé nada del tema, acabo de salir de la habitación y en el hospital hay total normalidad. Me sorprende ahora saber que hay ingresado un enfermo con síntomas de ébola», señalaba ayer Carmen, familiar de una ingresada en el Hospital de Sant Joan. Y no era la única. Incluso algunos se sorprendían por la presencia de cámaras de televisión de medios nacionales. «¿Qué hará aquí esta gente?», se preguntaban los ocupantes de un vehículo a su paso por Urgencias. Y es que la tranquilidad que transmitían los usuarios del centro también se percibía allí, puertas por las que ingresó la tarde del sábado el paciente sospechoso de estar infectado por el virus.
Esa tranquilidad entre la mayoría de los usuarios contrastaba con las quejas y la preocupación expresadas por trabajadores de este recinto y del General de Alicante. Los profesionales sanitarios aseguraron que no habían sido preparados para afrontar una situación de esta gravedad, y exigieron que se realicen simulacros para poder actuar de manera más organizada en futuras ocasiones.
En este sentido, el delegado de CC OO en el Hospital de Sant Joan, Miguel Mauri, anunció que el sindicato pedirá hoy a la dirección del centro que, «con urgencia», se lleve a cabo un curso formativo para los profesionales asignados a esta alerta sanitaria. Según dijo, todo funcionó «relativamente bien», gracias a que «tenemos unos excelentes profesionales en la sanidad pública», aunque también denunció que se actuó con «falta de previsión», por lo que pedirán saber «si el protocolo es el adecuado o no». Asimismo, otros trabajadores del recinto sanitario reiteraron, en privado, falta de medios materiales en cuanto a la poca cantidad de trajes especiales existentes y a que ni siquiera contaban con guantes de seguridad. También recalcaron el «miedo» que sintieron por falta de información, y aseguraron que habían recibido presiones para que no hablaran con los medios de comunicación apostados a la puerta del hospital.
Cuidado, no vaya a ser que terminemos comoéstos...
Iniciamos la competición al video mas jilipollas de la conducta humana: nos da en la nariz que va a haber fuerte competencia para el podio.
Empezamos con tres mostrencos sobraos de panza que se montan en una "amoto" y se meten una buena. Desgraciadamente , sobreviven y la Humanidad deberá seguir aguantándolos.
María Dolores de Cospedal, autora de la mayor pifia política Huffington Postno han tenido dudas a la hora de elegir la mayor pifia política del año. A ese dudoso honor optaban dirigentes como Cristóbal Montoro, José Ignacio Wert, Ana Botella, Alfredo Pérez Rubalcaba o Rafael Hernando... pero la vencedora (con claridad) ha sido María Dolores de Cospedal.
“La indemnización que se pactó [con Bárcenas] fue una indemnización en diferido en forma simulación". Esa es la frase que ha llevado a la secretaria general del PP a imponerse en la votación. De los 1.182 votos registrados en la encuesta a lo largo del fin de semana, Cospedal ha conseguido el 33,47% (396).
La segunda clasificada, a buena distancia, es Ana Botella por su "relaxing cup". La alcaldesa de Madrid ha logrado 152 votos (el 12,85%). El bronce ha sido para Fátima Báñez por: "Muchos jóvenes han salido en busca de oportunidades por la crisis. Eso se llama movilidad exterior". La ministra de Empleo ha conseguido el 11,41% de los votos (134).
Este es el top 5 de las pifias políticas del año según los lectores de El Huffington Post.
1-. María Dolores de Cospedal por: “La indemnización que se pactó [con Bárcenas] fue una indemnización en diferido en forma simulación" (33,47%)
2-. Ana Botella por: "Relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor" (12,85%)
3-. Fátima Báñez por: "Muchos jóvenes han salido en busca de oportunidades por la crisis. Eso se llama movilidad exterior (11,41%)
4-. Rafael Hernando por: "La (II) República llevó a un millón de muertos" (8,54%)
5-. José Ignacio Wert por: "Los alumnos universitarios no deben pensar en estudiar lo que les apetece (8,45%)"
Este sainete de Bárcenas aparecería en USA, allí se los comen con patatas por falsear documentos oficiales, por obstrucción a la justicia, por mentir bajo juramento ( se llama perjurio, queos vayais enterando, politiquillos españoles).
Hoy ha muerto, con 73 años, éste señor, James Brady.
Por si no lo recuerdan, fuer seriamente herido en la cabeza el mismo dia y por el mismo lunático que atacó a Ronald Reagan.
Desde entonces ha permanecido en silla de ruedas por las lesiones que hizo la bala en su corteza frontal.
Ha dicho en infinidad de ocasiones que no se entiende como se permite comprar armas ( el pirado de Hinckley, el que le disparó, compró la pistola sin sufrir ningún tipo de analisis psiquátrico y por menos de 40 dólares).
Enviemos pues a la hoguera a estos zumbados que dicen que tener armas es u derecho constitucional. Estos yankees pirados y lobotomizados químicos son muy muy ,MUY peligrosos.
Quizás por eso, necesitan armas.
James S. Brady, the White House press secretary who was wounded in an assassination attempt on President Ronald Reagan and then became a symbol of the fight for gun control, championing tighter regulations from his wheelchair, died on Monday in Alexandria, Va. He was 73.
His family confirmed the death but did not specify a cause.
On the rainy afternoon of March 30, 1981, Mr. Brady was struck in a hail of bullets fired by John W. Hinckley Jr., a mentally troubled college dropout who had hoped that shooting the president would impress the actress Jodie Foster, on whom he had a fixation. Mr. Hinckley raised his handgun as Reagan stepped out of a hotel in Washington after giving a speech.
Reagan, a couple of paces from his limousine, was hit, as were a Secret Service agent and a District of Columbia police officer. But it was Mr. Brady, shot in the head, who was the most seriously injured. The bullet damaged the right section of his brain, paralyzing his left arm, weakening his left leg, damaging his short-term memory and impairing his speech. Just getting out of a car became a study in determination.
Photo
The former White House press secretary James S. Brady visited the briefing room that bears his name at the White House in 2011.
“What I was, I am not now,” Mr. Brady said in 1994. “What I was, I will never be again.”
What Mr. Brady became was an advocate of tough restrictions on the sale of handguns like the $29 pawnshop special that Mr. Hinckley had bought with false identification. “I wouldn’t be here in this damn wheelchair if we had common-sense legislation,” Mr. Brady said in 2011.
Mr. Brady and his wife, Sarah, campaigned for a bill that Congress passed 12 years after the shooting. The Brady Handgun Violence Prevention Act, as it was known, ushered in background checks and waiting periods for many gun buyers.
The Bradys also pressed for the restoration of a federal ban on assault weapons, which expired in 2004.
They issued statements calling for renewed restrictions after episodes like the school shooting in Newtown, Conn., in 2012. Last year, after Gov. Andrew M. Cuomo of New York pushed a gun-control bill through the state legislature, the Bradys appeared in a commercial thanking Mr. Cuomo for, as Mrs. Brady put it, “leading the way.” Mrs. Brady said they had been asked to record the commercial by Mr. Cuomo’s sister Maria Cuomo Cole, a friend of hers.
Mr. Brady returned to the White House occasionally. He spoke briefly with President Obama — whom he had endorsed in 2008 — in 2011 on the 30th anniversary of the assassination attempt. Mr. Brady wore a blue bracelet with Representative Gabrielle Giffords’s name on it and told reporters that he had shown it to the president. Ms. Giffords had been wounded a few weeks earlier in a shooting in Tucson that left six people dead and 12 others injured.
Mrs. Brady said that the president agreed with “everything that we are for,” but that he told them the process in Washington took time. She said Mr. Brady told the president, “It takes two years to make Minute Rice.”
The Bradys later sent recommendations to a White House task force on preventing gun violence, calling for universal background checks. They also recommended safety programs for the nation’s gun owners; Americans own almost 300 million firearms.
In the 1990s, when he was ressing for the Brady bill, Mr. Brady dismissed as “lamebrain nonsense” the National Rifle Association’s contention that a waiting period would inconvenience law-abiding people who had reason to buy a gun. The idea behind the waiting period was to give the seller time to check on whether the prospective purchaser had a criminal record or had lied in supplying information on the required documents.
Mr. Brady said that five business days was not too much to make purchasers wait. Every day, he once testified, “I need help getting out of bed, help taking a shower and help getting dressed, and — damn it — I need help going to the bathroom. I guess I’m paying for their ‘convenience.’ “
As the Bradys worked the phones, shoring up supporters, opposition to the bill softened in Congress in the wake of a surge in gun-related violence across the nation and public opinion polls showing crime and violence to be top priorities for Americans. On Nov. 30, 1993, President Bill Clinton signed the Brady bill into law, with Mr. Brady at his side in a wheelchair.
Still, the Brady bill made it to the White House only after an intensive series of negotiations in the Senate. Eventually, Republicans agreed to a vote in exchange for Democratic assurances of future modifications.
“How sweet it is; how long it took,” Mr. Brady said on the way to the signing ceremony. The Brady Center estimated that the restrictions in the Brady bill have blocked two million gun purchases.
Advocating gun restrictions was not the role Mr. Brady had envisioned for himself when he became the White House press secretary in 1981. He was clearly proud of having what he called, with equal parts seriousness and humor, “the second most challenging job in the free world.”
He had a reputation as a Washington insider. He was also known for his wisecracks, though they sometimes boomeranged on him. As Reagan’s director of public affairs and research during the 1980 presidential race, he was banned from the campaign plane for a week. The offense: He and another Reagan aide had shouted “killer trees, killer trees!” while flying over a forest fire. The remark was a not terribly subtle reminder that Reagan had once identified trees as a major source of air pollution.
On his 84th day at the White House, he followed Reagan to a midday speech at the Washington Hilton. As they stepped out into the rain afterward, Mr. Hinckley raised his .22-caliber revolver and fired six shots in less than two seconds, hitting the president in the chest and lower right arm and Mr. Brady above one eye. Two Secret Service agents and a police officer were also injured.
They were taken to George Washington University Hospital, where one team of doctors operated on Reagan while another operated on Mr. Brady. He remained hospitalized for nine months, and after he was discharged he returned for physical therapy every day. He could manage only a few steps at a time, and sometimes he would blank out. A year or so later, when he started trying to write his name, it would come out JIMMMMMMMMMMMMMMMMM.
As for the gunman, “maybe he’ll be on the streets someday,” Mr. Brady said in the authorized 1987 biography “Thumbs Up,” by Mollie Dickinson. “I can’t remember things, I’m here in the hospital every day. Wouldn’t you be depressed?”
Mr. Hinckley was found not guilty by reason of insanity in 1982 and has been confined to a Washington mental hospital since, although he has been allowed to travel to his family’s home in Williamsburg, Va.
Mr. Brady filed a civil suit against Mr. Hinckley, and 14 years after the shooting, Mr. Hinckley agreed to give Mr. Brady and two other victims the profits made from selling his life story. Mr. Brady and the others — Thomas K. Delahanty, a former District of Columbia police officer, and Timothy J. McCarthy, a former Secret Service agent — stood to divide up to $2.9 million selling book and movie rights about Mr. Hinckley.
In a statement released on Monday, Nancy Reagan, the former first lady, recalled the hours after the assassination attempt when she and Mrs. Brady “sat together in a tiny room near the emergency room at George Washington University Hospital, trying to comfort each other while we both were gripped with unspeakable fear.”
“The bond we established then was unlike any other,” she added.
Thinking of Mr. Brady, Mrs. Reagan said, “brings back so many memories — happy and sad — of a time in all of our lives when we learned what it means to ‘play the hand we’re dealt.’ ” James Scott Brady was born on Aug. 29, 1940, in Centralia, Ill., the only child of Dorothy and Harold Brady, a railroad yardmaster. James Brady grew up to be a train enthusiast with fond memories of the times he had sat in the engineer’s lap and run a switching locomotive.
Before graduating from the University of Illinois in 1962, he served as the president of the campus Young Republicans and the district governor of the state Young Republicans organization. He entered the University of Illinois law school that fall, and in 1963, he was chosen for a summer internship at the Justice Department in Washington. To cover his expenses, he also sold encyclopedias door to door and collected empty soft-drink bottles, redeeming them for the small change he got from the deposits.
Eventually, he quit law school, tried accounting (but gave it up) and earned a doctorate in public administration at Southern Illinois University. He returned to Washington, where he worked for three federal agencies, the House of Representatives (as a communications consultant) and Senators Everett M. Dirksen of Illinois and William V. Roth Jr. of Delaware before he signed on with Reagan.
After the shooting, he also served as the chairman of the National Organization on Disability, a nonprofit group that advocates better conditions for handicapped people, and as a spokesman for the National Head Injuries Foundation.
Besides his wife, Mr. Brady’s survivors include a son, James Scott Brady Jr., and a daughter, Melissa Jane, from his first marriage, which ended in divorce. Mr. Brady lived in Alexandria.
Mr. Clinton awarded him the Presidential Medal of Freedom, the country’s highest civilian honor, in 1996, and in 2000, Mr. Clinton presided at the renaming of the room in which White House news briefings are held. It became the James S. Brady Press Briefing Room.
Later, one of the organizations with which the Bradys were associated changed its name from Handgun Control Incorporated to the Brady Campaign to Prevent Gun Violence. Another, the Center to Prevent Handgun Violence, became the Brady Center to Prevent Gun Violence. Mr. Pussy.
Mr. Brady — who said he did not remember much about the day he was shot — said over the years that he had remained concerned that guns were still available to people with mental problems like Mr. Hinckley.
Lo de la china con las tetas al aire es un gazapo que se me ha metido. e que aún no controlo estas herramentas diabólicas del "Internete..." La enviaremos a la exhuberante oriental a " Finlandia no está tan lejos", que se calme el subidón...
